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viernes, 16 de marzo de 2012

MINIMAL HACE 50 AÑOS

En el siguiente texto se hará referencia a los 4 tipos de música moderna más importantes: la electrónica, el hip-hop, el rock and roll y el pop.
La música electrónica es una corriente producida por instrumentos electrónicos. Generalmente, se utilizan sintetizadores midi para acompañar o reemplazar instrumentos. Ésta apareció en los años 50, pero a final de los años 60, muchas bandas de rock comenzaron a incorporar los efectos originarios de la electrónica. La banda alemana Kraftwerk empezó a fusionar el pop minimalista con este tipo de música.
A partir de la electrónica, surgieron estilos como el House, el Disco, Techno y Acid House.
El reconocimiento en masa llegó a fines de los años 80, cuando DJ´S europeos empezaron a reproducir este tipo de canciones. Ya en los años 90, la música electrónica conquistó prácticamente todo el mundo. En el 2002, surge el Funky que desplaza a muchos géneros.

martes, 6 de marzo de 2012

MINIMAL SIN PRINCIPIOS
Pero si la “minimal art music” estaba en el origen mismo de la música electrónica, y si la etiqueta “minimal techno” ya lleva quince años rodando por ahí.

En la segunda mitad de 2006 el término minimal se ha vuelto contradictorio, pues sirve como denominador para los sonidos tech house del momento, muchos de los cuales debieran etiquetarse como “máximal” en términos de contenido sonoro, en contraste con el desnudo género electrónico minimalista.


Si el concepto minimal se populariza en los clubs de música electrónica de baile, quizás es que el minimal ya no representa aquella música ambient, experimental y elemental más apropiada para ser escuchada que para ser bailada. A no ser que éste sea el objetivo último de la nueva fiebre minimalera: que la gente baile menos y escuche más.

Si así fuera el minimal representaría una reacción a los excesos del pasado y asistiríamos a un fenómeno similar a la resaca de la música disco de los primeros 80s, cuando el eslogan “disco sucks” resumía la nueva moda antidisco en la que el rock, como música discursiva que era, se imponía a la que se consideraba frívola y decadente música de discoteca. Si de lo que se trata ahora es de apaciguar la pista de baile, el minimal reflejaría una tendencia retrógrada, puritana y fundamentalista en lo estético, esto es, de retorno a la pureza de los fundamentos de la música electrónica, a sus orígenes experimentales menos eufóricos, y si ese retorno a los orígenes refrena el baile significará también un movimiento retrógrado en lo moral (bailar es pecar).


Esta nueva ola minimalista anuncia tres posibles escenarios. El primero es el del minimal ortodoxo y sectario, en el que este estilo se consolida fiel a sus principios como música minoritaria para escuchar más que para bailar, y se limita a sonar en algunos pocos clubs o en horarios de pre y post fiesta, dejando para géneros más enérgicos las horas centrales de las sesiones de baile.

El segundo escenario es el del minimal ortodoxo y misionero, en el que este género musical sigue sin renunciar a su espíritu experimental y ambient, pero a diferencia del caso anterior los apóstoles del minimal se dedican a predicar la buena nueva y convierten al ascetismo, la sobriedad y la contención del minimal a las masas de fiesteros libertinos. Las salas de fiestas se convierten en lugares para el recogimiento y la devoción al nuevo estilo musical.

En el tercer escenario, el del minimal heterodoxo y comercial, el minimal sería una marca de moda para etiquetar el new techno que evoluciona a partir de géneros ya conocidos, y englobaría buena parte del techno y house que se hacen en la actualidad y que incorporan en alguna medida los nuevos sonidos tipo clicks´n´cuts, glitch y scratch, pero este minimal comercial no renuncia a los graves potentes para marcar el ritmo en la pista de baile. Este minimal heterodoxo que se gana el favor de los clubbers más bailongos se aleja claramente de los fundamentos del minimal techno de los primeros 90s. Este minimal comercial responde a los principios marxistas de Groucho cuando decía aquello de: “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”.

Estamos en un momento en el que el minimal ortodoxo y sectario ha dado paso al heterodoxo y comercial (con algunas dosis de ortodoxia misionera). Asistimos a la promoción de una marca. Y es que de todos los nombres que han recibido los nuevos géneros musicales electrónicos ninguno tiene la musicalidad, cosmopolitismo, elegancia y elitismo del término MI-NI-MAL. Frente a una marca tan brillante, palabros como microhouse, clicktechno, clicks’n’cuts o glitchcore tienen pocas posibilidades de éxito.


PRINCIPIOS DEL MINIMAL

La electrónica permite grabar muestras de sonidos, distorsionarlos, trocearlos, enlazarlos en loops y repetir esos loops obstinadamente. La música es la ordenación de sonidos en el tiempo, y si esos sonidos han sido obtenidos, secuenciados o procesados por medios electrónicos, estaremos en los dominios de la música electrónica. Las materias primas que se procesan mediante la electrónica pueden ser sonidos de origen acústico, como la voz humana o los instrumentos musicales tradicionales, o pueden ser sonidos completamente virtuales como los producidos por un sintetizador.

La música electrónica se popularizó en los 80s de la mano del house, el techno, el hip-hop y el breakbeat. Estos géneros se basaban en el procesado y la combinación en proporciones variables de sonidos acústicos por un lado, y virtuales por otro. En el techno predominaban los sonidos virtuales electrónicos puros, siendo más limitado el uso de muestras (samplers) de instrumentos acústicos como bombos o platillos.